3 jun 2013

Nada nos alcanza





Nada nos alcanza es una historia simple: un hombre viaja en tren durante una semana seguida, de Constitución a La Plata una y otra vez. No hay un misterio que se devele al final, el misterio está en otro lado. Podría decir también que Nada nos alcanza es la historia de Teo, es la historia de cómo Teo su sube a un tren y no se baja por una semana, la historia de cómo Teo recorre la ciudad del mismo modo que todos los ciudadanos del mundo: repitiendo un movimiento vacío. Pero en esa recorrida, en ese abandono, Teo encuentra otra cosa: hay algo ahí que deja de repetirse, que deja de ser igual a si mismo: el ritornelo se abre al mundo y Teo sale pero no por el mismo lugar por donde entró. Nada nos alcanza es el grito desesperado de un pibe en el furgón y la sentencia férrea de que nada hay capaz de acabar con nosotros.
nada nos alcanza, ni el celular, ni el peronismo, ni la revolución, ni el amor. Nada nos alcanza. No nos alcanza la vida para la vida que tenemos adentro. Dice uno de los personajes de esta historia, la historia de un abandono, la historia de cómo el abandono nos arroja a la fatalidad de encuentros, de cómo el abandono es tan bueno que nada nos alcanza.


Bruno Petroni dice que:

El infinito es esa línea dulce en dónde el cielo se junta con la tierra, a menos que, antes, un grupo de árboles corte la vista, la empareje, la acerque.
Esa línea dulce, a veces atravesada por árboles, a veces limpia hasta el último desasosiego de la mirada, eso es Nada nos alcanza. Una línea, un conjunto de puntos, en el que la escritura de Bruzzese se despliega famélica, buscando un sentido para poder pasar al siguiente punto y volver a desplegarse, hacia lo que se vea de tierra (la marginalidad, el desamparo), hacia lo que se vea de cielo (el pensamiento más íntimo).
Bruzzese maneja el arte de la quietud, el arte de encontrar dinámica en el pensamiento de un hombre apoyado durante días en la ventanilla de un tren, en el ritmo monótono de las vías, en el amanecer. Encuentra lo particular, la fibra íntima que atraviesa a Teo y al lector. Busca en un punto único, el universo entero. Bruzzese cuenta una historia, con disimulo. La historia de Teo, un pintor que se sube a un tren en busca de algo que no sabe qué es. ¿Cuánto sucede en la quietud más absoluta? ¿Cuánto de eso se deja narrar? 


Ahí está Nada nos alcanza, el pequeñito justo al lado de la luz.

Para conseguirlo: raicesdelmonte@gmail.com,
o bajalo de acá mismo: Nada nos alcanza