21 oct 2010
Todos acá (obra reunida)
Todos acá es el mapa de una obra que sin duda sigue moviéndose y mutando.
Desde lo cotidiano miniaturizado, un yo traza su autorretrato a partir de percepciones que intensifican el instante, buscando capturar con la palabra aquello que la palabra no dice –forzando su límite. Los poemas se detienen en el presente como plataforma de despegue hacia un tiempo al margen del tiempo: rescatan lo que hay, a la vez que cuestionan lo dado, para construir un espacio abierto hacia la utopía.
A partir de la memoria familiar /infantil que retorna en espiral, se abren hacia lo ignorado, en busca de una pertenencia donde la distancia entre el yo y el otro deje de ser un corte. La poesía intenta erigirse como puente: busca la imagen precisa en un lenguaje llano que no renuncia a comunicar, pero sabe dónde detenerse para empujar al lector a la intimidad con el mundo.
Sin duda, Todos acá testimonia un camino recorrido. Pero sobre todo, quiere ser un trampolín, un punto de partida: “Si llegamos a este punto del desierto/ a través de tantas derrotas/ no es para quedarnos acá”.
Sol Fantin
Buenos Aires, mayo de 2011
Dónde
Si llegamos a este punto
de la historia con la puerta sana
la puerta de vidrio que se azota con el viento
y tiembla
Si llegamos a este punto de la historia
con más dientes que huecos
y más vida que muertos
sobre nuestras espaldas
Si llegamos hasta acá
con esta voracidad que no cabe en ningún manual,
si hemos llegado a este punto roto
de una historia que ya no puede repetirse
saltando como una ballena sobre el agua
Si llegamos a este punto del desierto
a través de tantas derrotas,
no es para quedarnos acá
Huracán
como un remolino que traza
a su paso una línea gruesa,
como un tornado que hunde
la calle y se lo lleva todo
un huracán que atesora cada vaca, cada árbol
en su corazón profundo y calmo,
así pasó por mi vida
¿de qué casa sentirme fuera,
de qué tierra?
Resistencia
Me gusta la poesía que te deja la mente en silencio.
Palabras como frutas, que caen del árbol en el momento indicado, y se comparten.
Leerlas es casi mirar, contemplar.
Seba escribe como un amigo que te cuenta algo. Al leerlo, aunque no lo conozcas, te hacés amigo.
Es para leer en el campo, tirado en el pasto, mientras te tomás un mate y alguien te acaricia el pelo.
Escribir un poema, para él, no es más que hacer un encuadernado a la japonesa, ni menos que preparar su famosa pizza de papas.
Escribe andando, a ritmo de paseante.
Escribe como amasa, y comenta: está buenísima la albahaca.
Les dejo a los desentendidos los juicios estéticos sobre ésta obra. Y los invito a quitarse las zapatillas, preparase una bebida rica, y sentarse sobre sus versos: imágenes de un cine de barrio, con buen sonido.
Algunos poemas.
Gata techera
para hacer la
revolución mejor
una ak 47
y la organización de base horizontal y clasista
para expresar algo
hondamente mejor
el silencio
los pájaros, los árboles
no necesitan palabras
agrupadas en
versos
la poesía
no sirve
es como una gata
que vive en el techo
de una casa: no
se le hacen mimos ni
se le llama con silbidos,
pero es
irremediablemente bella
irremediablemente cercana
Pensás en Lacán
la mañana es el mejor momento
para leer poesía
te levantás con ojos achinados
y ponés la pava mientras abrís el libro
en cualquier parte
y güerri dice:
Miedo.
Ansiedad.
Todo bien.
Miedo.
Ansiedad.
Todo bien.
sonreís un poco mientras te sacás las lagañas
y recordando haber soñado que una ostra gigante
te devoraba,
pensás en lacán, su padre
y sus miles de hijos a sueldo
ponés la yerba dentro del mate
formando una montaña inclinada
que el agua escala y penetra,
que el agua hincha y revive,
abrís el libro
de nuevo
Nunca escribí –continúa güerri– la palabra río, nunca
Te dije ese algo misterioso muere.
mientras ella sale de la habitación vos estás chupando un mate
y recordás su mano agarrándote la pija en tu diaria erección matutina,
pasa por tu cabeza la imagen arrastrada
por el viento que circula al abrirse la puerta
pero la mañana es el mejor momento
para leer poesía
coger
coger mejor en otro horario,
ella te mira,
está vestida,
más vestida que vos
que andás con esos pantaloncitos inentendibles
te mira con
un poco de desprecio o eso te parece
y se va
no toma un mate,
ni lee un poema;
toma sus cosas y las carga en su bolso
en el que su cara de dormida no entra,
pero antes de irse, eso sí
te vuelve a tocar
la ingle
es esa
la parte de tu cuerpo
que ella prefiere
vos
le acariciás la cara
y la besás en la
frente con toda la ternura de la que sos capaz
a la mañana te pasa
eso
20 oct 2010
Esxs que andan por ahí.
3
soñé que me robaba una llavecita de tresoctavo
que la veía justo ahí sobre un paresita y parecía ser de alguien
pero yo igual la agarraba
y después un policía me preguntaba que tenía en la mano
y yo le mostraba y le decía que me la había encontrado.
ella lo sabía, yo estaba obsesionado con mi prensa
y entonces no me juzgo por despertarla a la noche
con movimientos extraños,
sino que me pregunto
que era lo que estaba soñando
yo le mentí,
le dije: soñé que te raptaban
y yo perseguía a los secuestradores
por caminos de tierra en donde la nubes que salían de los zapatos
eran más grandes que yo y que toda mi habitación
que no es muy grande,
pero me servía para marcar
que las nubes de polvo eran muy grandes
creo que no me creyó,
porque ella nunca me cree,
pero era cierto, yo estaba mintiendo,
igualmente me dio un abrazo y me apachurro un poco,
no mucho, pero lo suficiente
como para dormirme de nuevo y no seguir soñando
ni de verdad ni de mentira
a la mañana se fue muy temprano y no me despertó
me dejó una notita: “me llevaron los secuestradores,
me retienen seis horas y me devuelven al mundo,
retienen mi cuerpo
mis capacidades intelectuales
mi voz
mis oídos
por seis horas
seis días a la semana.
eso si que es una gigantesca nube de polvo”
***
los paquitos bailan,
el paco te está quemando
le dije al gabi, mientras miraba en la tele
viejos programas de xuxa
como a la media hora me dijo:
el piti es un groso
no se si como respuesta o no,
pero yo le dije, de nuevo:
esa mierda te está quemando
fumate un porro
al otro día me dijo: vos sos un careta
y ahora cero que sí
estaba respondiéndome
yo me reí: eran las 6,
estábamos en el furgón del san martín
y el sol era una enorme bola roja
que teñía las miradas de todos,
las manos de todos,
las caras
bicicletas: rojo
le puse al gabi una mano en el hombro
y me preguntó ¿qué?
¿así cogen los marcianos?
y mientras me reía me acordé de la primaria,
y me dí cuenta de que habíamos sido niños,
que habíamos crecido juntos
y que no quedaban muchos
que siguieran vivos
esa mierda te esta quemando, repetí
miré al sol, y lo miré al gabi
prendiendo
**
todo el misticismo real existente
puede condensarse
en tu saquito de te
cuando a la mañana temprano
te sentás en tu cocina
el sol empieza a aparecer
tras el ventanal
no muestra la señal de prueba
como la de la tele
antes de los dibujitos,
sino que aparece con un naranja fuerte
en ese naranja
acompañado del sabor rojo
del té que moja tu taza
y calienta tus manos dios
se esconde
como cuatro elefantes
en un fitito