20 oct 2010

Esxs que andan por ahí.


70 páginas, 7 x 5
Ilustraciones de antonella andreoletti
Editorial: En el aura del sauce (1º edición) y Sol en turín (2º edición)

Algunos poemas:

3

soñé que me robaba una llavecita de tresoctavo

que la veía justo ahí sobre un paresita y parecía ser de alguien

pero yo igual la agarraba

y después un policía me preguntaba que tenía en la mano

y yo le mostraba y le decía que me la había encontrado.

ella lo sabía, yo estaba obsesionado con mi prensa

y entonces no me juzgo por despertarla a la noche

con movimientos extraños,

sino que me pregunto

que era lo que estaba soñando

yo le mentí,

le dije: soñé que te raptaban

y yo perseguía a los secuestradores

por caminos de tierra en donde la nubes que salían de los zapatos

eran más grandes que yo y que toda mi habitación

que no es muy grande,

pero me servía para marcar

que las nubes de polvo eran muy grandes

creo que no me creyó,

porque ella nunca me cree,

pero era cierto, yo estaba mintiendo,

igualmente me dio un abrazo y me apachurro un poco,

no mucho, pero lo suficiente

como para dormirme de nuevo y no seguir soñando

ni de verdad ni de mentira

a la mañana se fue muy temprano y no me despertó

me dejó una notita: “me llevaron los secuestradores,

me retienen seis horas y me devuelven al mundo,

retienen mi cuerpo

mis capacidades intelectuales

mi voz

mis oídos

por seis horas

seis días a la semana.

eso si que es una gigantesca nube de polvo”


***


los paquitos bailan,

el paco te está quemando

le dije al gabi, mientras miraba en la tele

viejos programas de xuxa

como a la media hora me dijo:

el piti es un groso

no se si como respuesta o no,

pero yo le dije, de nuevo:

esa mierda te está quemando

fumate un porro

al otro día me dijo: vos sos un careta

y ahora cero que sí

estaba respondiéndome

yo me reí: eran las 6,

estábamos en el furgón del san martín

y el sol era una enorme bola roja

que teñía las miradas de todos,

las manos de todos,

las caras

bicicletas: rojo

le puse al gabi una mano en el hombro

y me preguntó ¿qué?

¿así cogen los marcianos?

y mientras me reía me acordé de la primaria,

y me dí cuenta de que habíamos sido niños,

que habíamos crecido juntos

y que no quedaban muchos

que siguieran vivos

esa mierda te esta quemando, repetí

miré al sol, y lo miré al gabi

prendiendo


**


todo el misticismo real existente

puede condensarse

en tu saquito de te

cuando a la mañana temprano

te sentás en tu cocina

el sol empieza a aparecer

tras el ventanal

no muestra la señal de prueba

como la de la tele

antes de los dibujitos,

sino que aparece con un naranja fuerte

en ese naranja

acompañado del sabor rojo

del té que moja tu taza

y calienta tus manos dios

se esconde

como cuatro elefantes

en un fitito

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